lunes, 20 de junio de 2011

El paraiso de Nahá-Metzabok en Chiapas

Es una de las nuevas tres reservas naturales adheridas por la UNESCO como Área Protegida. La reserva de la biosfera de Nahá-Metzabok se encuentra dentro de la región de la Selva Lacandona, en el municipio de Ocosingo, Chiapas y se distingue por sus condiciones fisiográficas y de humedad que favorecen el desarrollo de exuberantes ecosistemas. Esta hermosa región integrada por Nahá y Metzabok, lleva el nombre de “lugar del señor negro”, en náhuatl.
Nahá y Metzabok se localizan entre las montañas del oriente del estado de Chiapas, colindando al norte con el municipio de Palenque al este y al sur con la república de Guatemala, al suroeste con las Margaritas y al noroeste con Chilón, Oxchuc, Altamirano y San Juan Cancuc. La zona arqueológica y sus alrededores -área protegida- cuentan con una extensión de 8 mil 617.49 km² (26.01% de la superficie selvática) y representa el 11.39% de la superficie estatal.
En esta zona del sur de México se encuentran especies amenazadas o en peligro de extinción como el ocofaisán, el zopilote rey, el quetzal y el jaguar, entre otros. En la entidad existen más de 2 mil sitios arqueológicos para desarrollar un nuevo tipo de turismo cultural, ya que en Ocosingo destacan Yaxchilán, Bonampak, Tonina y últimamente Metzabok y Sibal.
Como parte de la Lacandona, su fauna es rica en especies de todos los géneros: reptiles como la culebra ocotera, la nauyaca de río y la culebra cincuate; mamíferos como la ardilla voladora, jabalí, murciélagos, venado de campo, coyote, jaguar, mapache, ocelote, puerco espín, tamborcillo, tigrillo y venado cabrío; aves como el águila arpía, el tucán y la tucaneta, peces de río, anfibios y muchos otros.
De hecho, en el municipio se encuentran importantes áreas naturales como la reserva de la biosfera Lacan-Tún, el área de protección de flora y fauna Chan-Kin, el monumento natural Yaxchilán y la reserva de la biosfera Montes Azules, que forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), cuya región fue un santuario pletórico de flora y fauna en la época de las grandes culturas de Mesoamérica, conteniendo dentro de ella una buena parte de la zona sujeta a conservación ecológica Metzabok y a la de fauna silvestre Nahá, sitios que nos ocupan en esta ocasión.
Como dato interesante diremos que los Lacandones del sur, que habitan Lacanjá Chansaayab, son culturalmente distintos a los del norte, en Metzabok y Nahá, debido a que sus habitantes indígenas son los mal llamados “Lacandones Caribes”, que han convivido con los otros grupos indígenas como Tzeltales, Tzotziles, Tojolobanes, Choles y Mames, entre otros. Es sabido que los Lacandones originales, que habitaron la selva Chiapaneca, se extinguieron en 1712 y los llamados actualmente con ese patronímico son en realidad indígenas provenientes del estado de Campeche, emparentados directamente con los mayas de la península de Yucatán e identificados plenamente como Caribes, los cuales nada tienen que ver con los auténticos Lacandones que vivieron, muchísimos años atrás, en la inmensa selva Lacandona.
Metzabok es la comunidad Lacandona más pequeña. El lago provee de buena pesca y es el recinto de cuevas sagradas y pinturas rupestres. El pueblo comienza a 4 km. del camino principal a El Tumbo, tiene una atmósfera remota y tranquila. Al mismo tiempo dada su lejanía, limita el acceso a las oportunidades económicas. Aún así, los evangelistas han tenido alguna influencia en la zona.
En el caso de Nahá, su población es menor a 200 personas y se enfrenta constantemente con la fuerte presión que ejercen las comunidades de su entorno que, en búsqueda de tierras de cultivo y vivienda, invaden su zona y derriban los antiguos árboles que aún son venerados por los Lacandones.

Fuente: http://faunasilvestre.net/el-paraiso-de-naha-metzabok/

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