viernes, 16 de septiembre de 2011

Las medusas se han convertido en cazadoras efectivas.

 Aunque las medusas no cuentan con la agudeza visual de los peces, el aumento del contenido de agua en sus tejidos les ha conferido un cuerpo gelatinoso de gran tamaño que las convierte en unos cazadores tremendamente efectivos. Es la conclusión a la que han llegado investigadores de la Universidad de Oviedo y del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con la Universidad Roger Williams de EE UU, que han desvelado las claves evolutivas de las medusas en un trabajo que publica la revistaScience.

Se trata de la primera teoría, basada en datos experimentales, que explica la estrategia evolutiva seguida por las medusas y el delicado equilibrio que las une a los peces, con los que compiten en igualdad de condiciones pese a ser los primeros depredadores ciegos, lentos y antiguos. “Mientras que los peces han desarrollado una gran agudeza visual para detectar a las presas, las medusas dependen de un sistema primitivo basado en el contacto directo con la presa. La clave de su éxito radica en que, al aumentar el tamaño de su cuerpo, desplazan una mayor cantidad de agua y arrastran a más presas hacia sus tentáculos”, afirma José Luis Acuña, coautor del trabajo. La estrategia es efectiva siempre que la velocidad de natación de la medusa sea suficientemente lenta.



Con el fin de valorar la eficacia en la obtención de alimento, los investigadores tuvieron en cuenta la diferente densidad corporal de materia orgánica de medusas y peces; y observaron que, cuando se comparan organismos con la misma cantidad de materia orgánica, la tasa de depredación es la misma en medusas y peces. La investigación confirma que la sobreexplotación de los stocks pesqueros puede derivar en un cambio del ecosistema marino que favorezca la expansión de las medusas frente a los peces. Las medusas son unos depredadores tan eficaces como los peces, por lo que “están preparadas para ocupar el papel de los peces ante la sobreexplotación o cualquier otro daño que sufran las poblaciones de estos últimos”, aseguran los autores del trabajo.


Fuente: Muy Interesante.

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