El proyecto Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España está coordinado conjuntamente por la Fundación Biodiversidad y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y ha contado con la participación de otras universidades (entre ellas la Universidad de Murcia), el CSIC y otros centros de investigación españoles.
Los primeras conclusiones del proyecto se han sintetizado en un informe titulado "Ecosistemas y Biodiversidad de España para el Bienestar Humano", que pone de manifiesto los estrechos vínculos que existen entre la conservación de los ecosistemas españoles y la calidad de vida de la población.
El capítulo sobre "Ríos y riveras" (capítulo 10) de esta publicación, es el resultado del trabajo de un grupo de investigadores de la Universidad de Murcia formado por Mª Rosario Vidal-Abarca, Mª Luisa Suárez Alonso, Francisca Carreño Fructuoso y Javier Martínez López. Como principales aportaciones al estudio destacan que "existe una evidente necesidad de acometer una reconversión en los modos de gestionar los ecosistemas acuáticos, reduciendo el deterioro provocado en muchos de los servicios que nos proporcionan".
Entender que los ríos y sus cuencas forman una unidad funcional e interdependiente entre el agua de lluvia, los servicios de los ecosistemas y el bienestar humano, ayudará a proponer unos modelos más sostenibles y justos del agua y del suelo y en los que contar con la colaboración ciudadana es fundamental para diseñar las mejores estrategias de cooperación.
En cuanto a los datos generales del informe, se ha precisado, que los ecosistemas acuáticos continentales, los litorales y los macaronésicos son los que han sufrido un mayor deterioro, mientras que, los ecosistemas de bosques y los de montaña son los que mejor conservan su capacidad de generar servicios.
El proyecto ha evaluado el estado y las tendencias de los servicios de 14 tipos operativos de ecosistemas en el territorio estatal y se han analizado 22 servicios, entre ellos, servicios de abastecimiento (alimentos, agua, materias primas, acervo genético, etc.), servicios de regulación (hídrica, climática, de la calidad del aire, del control de la erosión, etc.) y servicios culturales (identidad cultural, conocimiento ecológico local, turismo de naturaleza o la educación ambiental).
Fuente: ecoticias.com
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