miércoles, 27 de julio de 2011

Utilizan bacterias que permiten la tolerancia a las sequías.

 Todas las plantas requieren de una serie de nutrientes y minerales que les proveen estos microorganismos al estar asociados con la raíz.
 El doctor Gabriel Iturriaga de la Fuente, del Centro de Investigaciones en Biotecnología (CEIB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) trabaja con bacterias del suelo para que proporcionen tolerancia al estrés abiótico (sequía, salinidad y temperaturas extremas) a plantas de maíz y frijol.
De acuerdo con el investigador, todas las plantas requieren de una serie de nutrientes y minerales que les proveen estos microorganismos al estar asociados con la raíz; razón por la cual decidió modificarlos genéticamente para incrementar su contenido de trehalosa y ver cuál era la reacción en los ejemplares vegetales.La trehalosa --explicó-- es un azúcar insípido que, durante un periodo de sequía, sustituye al agua protegiendo a las proteínas y membranas de las células para que no se rompan. En este lapso, las plantas se deshidratan quedando marchitas, pero cuando aumenta la humedad ambiental éstas rehidratan sus tejidos y continúan su crecimiento.A decir de Iturriaga de la Fuente, las semillas de maíz y frijol fueron inoculadas con las bacterias modificadas genéticamente. Tras haber germinado y verse sometidas a condiciones de sequía, las plantas “revivieron” cuando recibieron agua nuevamente. Además, los ejemplares vegetales aumentaron en más de 50 por ciento su rendimiento en producción de grano.
El investigador universitario aclaró que por el momento sólo han realizado pruebas en invernadero y que para los ensayos en campo emplearán microorganismos que no estén modificados genéticamente.Gracias a esta decisión, el Centro de investigación universitario podrá liberar las bacterias al ambiente sin necesidad de trámites complicados como es el caso de la liberación de Organismos Genéticamente Modificados.El equipo de trabajo del CEIB-UAEM empleará los microorganismos como biofertilizantes que no sólo proporcionarán nutrientes incrementando la productividad de las plantas, sino que con la presencia de la trehalosa, las harán resistentes al estrés abiótico.Iturriaga de la Fuente destacó que a diferencia de los fertilizantes químicos, estas formulaciones no serán contaminantes y tendrán un costo accesible, además de que su peso ligero les permitirá llegar a regiones remotas del país.Conforme a lo dicho por el experto, durante esta investigación descubrieron que la trehalosa también funciona como una hormona que le indica a la planta qué genes activar durante un periodo de estrés abiótico.Por otro lado, el investigador del centro morelense aseguró que este proyecto fue motivado por los trabajos realizados con la Selaginella lepidophylla, mejor conocida como planta de “resurrección” o Doradilla, un ejemplar mexicano rico en trehalosa que suele emplearse para curar padecimientos de riñón.Cabe señalar que Iturriaga de la Fuente ha trabajado durante 22 años en esta línea de investigación que abarca la tolerancia al estrés abiótico en plantas y microorganismos. 


Fuente: Agencia ID.- El Informador.

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