Elimina tóxicos de jabones, pesticidas, herbicidas, hidrocarburos y contaminantes orgánicos
CIUDAD DE MÉXICO (03/JUL/2011).- Un estudiante de doctorado del Centro de Investigación en Energía de la UNAM diseñó, construyó y puso en marcha una planta solar piloto para el tratamiento de aguas residuales que se podrá utilizar en la industria textil y farmacéutica.
La instalación de Iván Salgado Tránsito, del doctorado en Ingeniería de la Energía de la UNAM, además elimina el agua, tóxicos de jabones, pesticidas, herbicidas, hidrocarburos y contaminantes orgánicos.
Al presentar el proyecto Diseño de una Planta Solar para el Tratamiento Fotocatalítico de Aguas Residuales explicó que la ventaja de esta tecnología es que se aprovecha la energía del sol y en el proceso sólo se genera es agua y dióxido de carbono, por lo no resultan residuos peligrosos.
Refirió que en otros métodos se transfieren los contaminantes a otros elementos; por ejemplo, en los biológicos la contaminación del agua se pasa a los lodos y ello genera otro tipo de polución ambiental.
La instalación de Iván Salgado Tránsito, del doctorado en Ingeniería de la Energía de la UNAM, además elimina el agua, tóxicos de jabones, pesticidas, herbicidas, hidrocarburos y contaminantes orgánicos.
Al presentar el proyecto Diseño de una Planta Solar para el Tratamiento Fotocatalítico de Aguas Residuales explicó que la ventaja de esta tecnología es que se aprovecha la energía del sol y en el proceso sólo se genera es agua y dióxido de carbono, por lo no resultan residuos peligrosos.
Refirió que en otros métodos se transfieren los contaminantes a otros elementos; por ejemplo, en los biológicos la contaminación del agua se pasa a los lodos y ello genera otro tipo de polución ambiental.
Otra ventaja es que se pueden eliminar contaminantes no biodegradables o tóxicos para los organismos vivos, como el agua residual de antibióticos desechados por las industrias farmacéuticas, resaltó.
Explicó que tanto el volumen de agua a tratar y el tiempo que tarde el proceso depende del tipo de contaminante y de su resistencia, pues algunos colorantes se pueden degradar en 20 minutos, otros tardan hasta seis horas.
'Algo importante es que en el desarrollo de esta tecnología se cuidó que fuera elaborada con materiales resistentes y comerciales para que, en un futuro próximo, pueda ser transferida y reproducida a nivel industrial', finalizó.
Explicó que tanto el volumen de agua a tratar y el tiempo que tarde el proceso depende del tipo de contaminante y de su resistencia, pues algunos colorantes se pueden degradar en 20 minutos, otros tardan hasta seis horas.
'Algo importante es que en el desarrollo de esta tecnología se cuidó que fuera elaborada con materiales resistentes y comerciales para que, en un futuro próximo, pueda ser transferida y reproducida a nivel industrial', finalizó.
Fuente: El Informador
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