Como bien sabemos los que nos gusta montaña, senderismo e inmersión en la naturaleza, la arquitectura de los albergues, hoteles y refugios de montaña guarda un toque tradicional, rústico y muy similar. Pero esta apareciendo una nueva tendencia en la arquitectura de los establecimietos hoteleros, muy moderna, tecnológica y casi “espacial”. El mejor ejemplo son dos nuevas construcciones en los Alpes.
Con esa nueva generación de albergues de montaña se apuesta por llevar la belleza arquitectónica, la complejidad técnica y la sostenibilidad hasta el techo de la Europa central. A 3.817 metros de altitud, y camino del Mont-Blanc, se alzan las primeras líneas del Refuge de Goûter, que pronto se convertirá en el más futurista y ecológico del mundo.
El Goûter es un refugio de futuro, totalmente dependiente de la montaña. La electricidad que necesitan sus hasta 120 huéspedes se genera a través de los paneles fotovoltaicos situados en sus fachadas, y se almacena en un grupo de baterías para las horas en las que no hay sol. La calefacción proviene de las células térmicas, que se encargan también de derretir la nieve acumulada en una plataforma que puede albergar hasta 24.000 litros de agua.
Por el motivo de fuertes vientos los arquitectos optaron por crear una estructura cilíndrica y muy compacta, la mejor manera de soportar las fuertes corrientes de aire. Su estructura básica está hecha de madera ensamblada como si fuesen piezas de Lego. Además de las placas solares, un fino vestido de acero y unos amplios ventanales en el piso del restaurante cubren el esqueleto del refugio, dando al edificio el aspecto de un diamante puro que se integra en el paisaje nevado. Para preservar sus carácteristicas bioclimaticas en los lavabos se optó por aplicar un modulo de tratamiento de residuos húmedo, similar al que se utiliza en la marina. Los residuos líquidos se depuran mediante un tratamiento biológico que permite expulsarlos a la naturaleza libres de bacterias, mientras que los sólidos se acumulan y se bajan al valle en helicóptero dos veces cada temporada.
El antecesor de Goûter en la nueva tendencia de los refugios de montaña futuristas fue el Monte Rosa, situado en los Alpes suizos a 2.883 metros sobre el nivel del mar. Aunque este albergue de aspecto galáctico gasta tres veces menos energía que el refugio al que sustituyó, esta temporada será incluso más eficiente al probar con la gestión remota de su consumo. Controlado desde Zúrich, a más de 200 kilómetros de distancia, el sistema tendrá en cuenta la previsión meteorológica y la ocupación del refugio para usar sólo la cantidad de electricidad y calefacción necesarias.
Estas construcciones a parte de la belleza, de como se componen en el entorno, y sus carácterisiticas sostenibles, son un claro ejemplo de como un proyecto de la construcción o renovación de un hotel, requiere un equipo multidisciplinar (desde arquitectos, diseñadores, ingenieros de energías renovables, ingenieros de construcciones navales, biologos, alpinistas, informaticos y otros) para dar como resultado un refugio futurista, sostenible y bonito (auqnue esto ya depende del gusto de cada uno….
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