El lado verde del café
Café y medio ambiente
Sin duda, nos gusta tomar café. Porque nos reanima, porque nos place, porque nos congrega; las razones sobran.
Agreguemos una más: el café nos provee de un maravilloso paisaje. ¿Sabíamos que las regiones cafetaleras ofrecen paisajes de vegetación exuberante, de un verdor múltiple, selvático, acompasado por el canto de una amplia gama de pájaros y demás fauna?
Espacios con algunos rasgos de virginidad conservada que hacen posible la biodiversidad. Si en México no hubiera café de sombra, numerosas especies animales y vegetales ya se habrían extinguido.
¿Café de sombra?... Es el que se cultiva intercalado con árboles y plantas de otras especies. Estos árboles al llegar a ser más altos que las matas de café, les forman una sombra por encima. La sombra es un ingrediente necesario para la biodiversidad y también contribuye a dar calidad al buen café.
¿Por qué? Los árboles y las plantas que hay en los cafetales son alimento y casa de muchos animales pequeños y grandes, a ellos llegan aves migratorias y fauna estacional, desde insectos hasta reptiles y mamíferos. La existencia de estas áreas verdes, templadas y húmedas, permite la reproducción de las especies.
La conservación de la humedad es clave en la producción de un café de calidad pues permite un desarrollo pausado del fruto y, por consiguiente, el desarrollo de sus cualidades: acidez, aroma, sabor y cuerpo.
Según los expertos, el buen café es café de altura, cultivado en terrenos cuya altitud rebasa los 900 metros (sobre el nivel del mar). En nuestro país estas regiones, de trópico húmedo, por lo regular están habitadas por población indígena, que cultiva el café en asociación con otros cultivos, buscando la sustentabilidad. Es así que además de los típicos platanares y naranjales que dan sombra, en las zonas de cafetales también encontramos aguacate, guayaba, papaya, otros frutos, árboles de maderas preciosas y plantas comestibles y medicinales que son alimento de las familias cafetaleras.
La conservación de la humedad es clave en la producción de un café de calidad pues permite un desarrollo pausado del fruto y, por consiguiente, el desarrollo de sus cualidades: acidez, aroma, sabor y cuerpo.
Según los expertos, el buen café es café de altura, cultivado en terrenos cuya altitud rebasa los 900 metros (sobre el nivel del mar). En nuestro país estas regiones, de trópico húmedo, por lo regular están habitadas por población indígena, que cultiva el café en asociación con otros cultivos, buscando la sustentabilidad. Es así que además de los típicos platanares y naranjales que dan sombra, en las zonas de cafetales también encontramos aguacate, guayaba, papaya, otros frutos, árboles de maderas preciosas y plantas comestibles y medicinales que son alimento de las familias cafetaleras.
¿Café sustentable? Es el que se produce buscando el equilibrio entre la eficiencia productiva y la conservación de los recursos naturales; es decir, se emplean métodos que permitan aprovechar para el consumo humano los recursos naturales, pero sin devastarlos. La importancia del café respecto a la conservación ambiental viene de la posibilidad de hacer intervenir en su cultivo una serie de prácticas encaminadas a conservar y renovar recursos naturales y vitales como son el agua, la tierra y el aire: prácticas de conservación y recuperación de los suelos, sustitución de fertilizantes y plaguicidas agroquímicos por abonos orgánicos y un control biológico de plagas y enfermedades, un uso más moderado del agua en la etapa de la industrialización del grano.
¿Café orgánico? Es el café que se utiliza sin usar productos agroquímicos (ni fertilizantes, ni plaguicidas), en su lugar, se emplean abonos elaborados con desechos y materia orgánica y se efectúan labores de conservación de suelos.
Si nos cae el veinte acerca de la importancia de preferir un café cultivado con prácticas ecológicas, cualesquiera que sea el nombre que le acompañe (“orgánico” “ecológico” “sustentable” “de sombra”), nuestra tarea como consumidores es revisar y determinar la confiabilidad del producto que nos ofrecen.
¿Cómo? Buscando más información sobre los procesos de cultivo ecológico, sobre las organizaciones y los productores que los practican y solicitando el sello de garantía.
¿Beneficios? Mayor garantía de calidad y salud para nosotros y para el planeta que, como dicen, es el único que tenemos.
¿Qué es el café orgánico?
El café orgánico es un café libre de químicos y pesticidas que se cultiva con un estricto control de calidad y en armonía con la naturaleza.
¿Café orgánico? Es el café que se utiliza sin usar productos agroquímicos (ni fertilizantes, ni plaguicidas), en su lugar, se emplean abonos elaborados con desechos y materia orgánica y se efectúan labores de conservación de suelos.
Si nos cae el veinte acerca de la importancia de preferir un café cultivado con prácticas ecológicas, cualesquiera que sea el nombre que le acompañe (“orgánico” “ecológico” “sustentable” “de sombra”), nuestra tarea como consumidores es revisar y determinar la confiabilidad del producto que nos ofrecen.
¿Cómo? Buscando más información sobre los procesos de cultivo ecológico, sobre las organizaciones y los productores que los practican y solicitando el sello de garantía.
¿Beneficios? Mayor garantía de calidad y salud para nosotros y para el planeta que, como dicen, es el único que tenemos.
¿Qué es el café orgánico?
El café orgánico es un café libre de químicos y pesticidas que se cultiva con un estricto control de calidad y en armonía con la naturaleza.
El café orgánico en México se cultiva bajo sombra, es decir, las matas del cafeto se cultivan intercaladas con árboles diversos tales como naranja, plátano, limón, aguacate. También dan sombra al café árboles que no dan producto, del género Inga. Estos cafetales son sistemas agroforestales que ofrecen numerosos beneficios ecológicos y económicos tales como: la protección y conservación de la biodiversidad; protección de suelos; regulación de lluvias, heladas, vientos; protección de cuencas hidrológicas, captación de carbono; generación de alimentos y diversificación productiva.
El cultivo de café orgánico se rige por normas internacionales de producción e industrialización que son vigiladas bajo un sistema de certificación que nos garantiza el consumo de café de alta calidad sin insumos de síntesis química y la protección del medio ambiente.
La agricultura orgánica se rige bajo los principios de una producción: Ambientalmente amigable: respetar y proteger el ambiente utilizando técnicas de producción en equilibrio y armonía con la naturaleza, evitando la destrucción de los recursos naturales en las zonas tropicales y subtropicales.
La agricultura orgánica se rige bajo los principios de una producción: Ambientalmente amigable: respetar y proteger el ambiente utilizando técnicas de producción en equilibrio y armonía con la naturaleza, evitando la destrucción de los recursos naturales en las zonas tropicales y subtropicales.
Económicamente viable: dirigida a mejorar el ingreso del productor a través del sobreprecio que se paga por el café orgánico.
Socialmente justa: orientada a mejorar la calidad de vida de los productores y de los consumidores.
Entre los principales países productores de café orgánico están México, Perú y Bolivia.
Entre los principales países consumidores están la Unión Europea y los Estados Unidos.
Entre los sellos de café orgánico que garantizan al consumidor que el café es orgánico está Certimex (México) Naturland (Alemania) y Ocia (Estados Unidos).
Socialmente justa: orientada a mejorar la calidad de vida de los productores y de los consumidores.
Entre los principales países productores de café orgánico están México, Perú y Bolivia.
Entre los principales países consumidores están la Unión Europea y los Estados Unidos.
Entre los sellos de café orgánico que garantizan al consumidor que el café es orgánico está Certimex (México) Naturland (Alemania) y Ocia (Estados Unidos).
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