Un grupo de científicos ha diseñado bacterias E. Coli para extraer los azúcares que se encuentran en las algas marinas y convertirlos en fuente potencial de combustibles y químicos renovables, abriendo así la posibilidad de en un futuro tener biocombustibles marinos asequibles.
Las algas han captado el interés de los investigadores, así como de la industria de la energía, porque su alto contenido de azúcar proporciona una buena biomasa y no requieren tierra para ser cosechadas ni agua para crecer.
El problema hasta ahora ha sido que las bacterias no metabolizan inmediatamente el componente principal del azúcar en las algas, conocido como alginato, lo que hace que los biocombustibles marinos sean muy caros para competir seriamente con combustibles a base de petróleo.
Sin embargo, mediante el uso de biología sintética e ingeniería de enzimas los científicos han logrado alterar la bacteria E. Coli para producir enzimas que digieran los polímeros de azúcar en el alga marina.
Los avances realizados por científicos del Laboratorio de Bio Architecture Lab (BAL), una compañía privada con sede en Berkeley (California) con delegación en Puerto Montt (Chile), donde tiene cuatro criaderos de algas marinas, se detallan en el ejemplar del 20 de enero de la revista Science.
La bacteria que han diseñado también produce proteínas que transportan los azúcares degradados (mono y oligosacáridos) y contiene vías metabólicas que fermentan el etanol de los azúcares, una fuente de combustible renovable.
Los autores apuntan a que si este proceso puede realizarse a gran escala con éxito, el alga marina podría ayudar a satisfacer la creciente demanda de biocombustible.
"Nuestros científicos han diseñado una enzima para degradar y metabolizar el alginato, que nos permite utilizar los azúcares principales de las algas, lo que hace de su biomasa una materia prima económica para la producción de combustibles renovables y sustancias químicas", aseguró Daniel Trunfio, director ejecutivo de BAL.
Los expertos señalan que menos del tres por ciento de las aguas costeras pueden producir algas capaces de reemplazar los más de 60 millones de galones de combustibles fósiles que se emplean, pero actualmente ya se cultivan algas a escala comercial.
Este laboratorio opera cuatro criaderos de algas marinas en Chile y aseguran que han tenido un buen rendimiento que puede hacer en un futuro la producción económicamente viable.
Fuente: El Informador
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