Con el propósito de mitigar 98 gigatoneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2e) México, Estados Unidos y Canadá impulsarán durante la 23 Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal para la Protección de la Capa de Ozono, que se realiza en Bali, Indonesia, la propuesta de Norteamérica sobre la reducción de los hidrofluorocarbonos (HFC) utilizados en equipos de aire acondicionado, refrigeradores, equipos de extinción de incendios y espumas aislantes.
Ana María Contreras Vigil, Directora General de Gestión de la Calidad del Aire y RETC y jefa de la delegación mexicana en esta reunión, explicó que México participa en el impulso de esta propuesta ante la fuerte evidencia científica de la estrecha vinculación entre la protección de la capa de ozono y el cambio climático.
Se calcula que no adoptar medidas inmediatas para reducir el consumo de HFC, anularía los beneficios logrados por el Protocolo de Montreal en materia de cambio climático, que representan más de 135 gigatoneladas de CO2e suprimidas.
La funcionaria mexicana expuso que para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de dos grados Celsius se requiere una serie de acciones urgentes y también de largo plazo, es decir, una combinación de eliminación de gases de corta vida, como los HFC, y aplicar medidas para la reducción de las emisiones de CO2, lo que puede ser la solución para mantener una concentración de 450 partes por millón (ppm).
La comunidad científica internacional, entre ella el Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, han aportado elementos que dan base a la toma de decisiones sobre la sinergia que debe de existir entre los protocolos de Montreal y de Kioto.
Un informe publicado esta semana en Bali por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) prevé que para el año 2050 los HFC podrían ser responsables de emisiones equivalentes a entre 3.5 y 8.8 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono (Gt CO2eq), una cantidad comparable al total actual de las emisiones anuales derivadas del sector transporte, calculado en cerca de 7.6 gigatoneladas.
Contreras Vigil especificó que en la evaluación 2010 sobre los efectos ambientales del deterioro de la capa de ozono se indica que “el deterioro de ozono estratosférico afecta el clima y el clima afecta el ozono”, en tanto que la cantidad de ozono estratosférico puede ser afectado por el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI), ya que puede causar un decremento en la temperatura de la estratósfera y acelerar los padrones de circulación que provocan un decremento del ozono en los trópicos y un incremento en las altas latitudes.
Agregó que los cambios en la circulación inducidos por los cambios en las concentraciones de ozono pueden también alterar los padrones de vientos y lluvias en la superficie terrestre.
Otro de los retos que se pueden presentar, expresó, es una mayor formación de ozono troposférico (a nivel de la corteza terrestre) por el incremento de la temperatura, especialmente en latitudes medias y bajas y en ciudades que ya tienen altos niveles de contaminación.
Por su parte, el Subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Semarnat, Mauricio Limón Aguirre, afirmó que México ha cumplido en tiempo, y de manera exitosa, con la eliminación del consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono, tales como los clorofluorocarbonos utilizados en aerosoles, refrigeración, aires acondicionados y espumas.
Añadió que nuestro país también registra progresos en la eliminación del tetracloruro de carbono, utilizado en la industria del cloro, y de igual manera ha extirpado los halones. Los retos son ahora excluir el bromuro de metilo utilizado como pesticida en cultivos y almacenaje de granos y continuar recolectando sustancias contenidas en refrigeradores y aires acondicionados viejos, ya que si estas sustancias fueran liberadas tendrían un gran impacto en el calentamiento global.
Fuente: Semarnat.
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